lunes, 28 de febrero de 2011

Traición

¿Quién te querrá pasado el tiempo?
¿Quién amará tu airada altanería
cuando la nieve cubra tu cabello?
¿Quién, amiga mía, te soportará mañana
cuando se halle tu cuerpo marchito
y tu mente inundada por amarga ponzoña?
¿De qué servirán tus desaires, niña luna,
y una triste vida  pasada sin compañía?
Cuando llegue el momento de tu caída
recordarás tu solitaria y amarga vida,
cómo apartaste de ti a una buena amiga,
cómo rompiste el alma de una hermana,
cómo en tu lucha invisible te quedaste sola.
Entonces, ¿de qué servirá tu sonrisa,
tan despectiva e inerte como tu mirada?
¿De qué servirá tu maravillosa presencia,
alma emponzoñada escondida en hermosa cáscara?
¿De qué servirá tu ignorancia disfrazada,
maquillada con la arrogancia de la inconsciencia?
¿De qué tu boca, mentirosa aduladora,
o tu mente destrozada por tu alma envenenada?
Entonces, niña luna, lo verás de nuevo;
verás un rostro atormentado por tu injuria,
recordarás sin duda el sonido del llanto
y el color de mi cara encendida de pena.
Entonces, luna, recordarás mi consejo
y te arrepentirás de haberlo ignorado,
sabiendo que nunca fue un error mío.
Entonces, pérfida, llorarás abandonada,
solitaria mente destrozada,
y yo te observaré en la distancia
feliz, por fin, en tu ausencia.

     © Tamara Díaz
     (Reservados todos los derechos)

miércoles, 23 de febrero de 2011

Porque a veces sobran las palabras


Una imagen fija…
Un susurro, una sonrisa,
Un te quiero, un rubor,
Un rostro, un nombre,
Un sentimiento…amor.

jueves, 17 de febrero de 2011

Un suave palpitar inunda mi cabeza,
noto como una mirada me taladra
y sé, con toda certeza, que estás cerca.
El estomágo cual mariposa revolotea,
noto como tu mano se acerca
y siento que mi vida ya es tuya.
He confiado, me he entregado y he vivido
por ello, no me arrepiento de haberte amado,
aunque haya significado el mayor desengaño.
Nunca olvidaré sus ojos mirándome en la noche
o su sonrisa aquél día en el porche,
porque el alma del enamorado,
a pesar del daño recibido,
nunca olvidará la mano del ser amado.

lunes, 7 de febrero de 2011

La tormenta de tu amor




La tormenta de tu amor me mata,
hunde todos mis barcos sin calma,
y me convierte a mi en naufraga,
naufraga de tus ojos y tu garganta.
Chillo en la oscuridad de la ceguera,
buscando con ahínco una playa desierta
en la que poder recuperar mi entereza,
en la que buscar una muerte certera.
Mas tu no me dejas, caprichoso niño,
no quieres que encuentre mi deseado descanso,
no me dejas posar la daga mortal en mi pecho,
no me dejas hacer amistad con el ángel negro.
Y yo lloro, lloro porque no sé que pasa,
porque no entiendo ni una mísera palabra,
porque no encuentro respuesta a esta apuesta macabra,
porque no distingo la estrella tan ansiada.
Y tú me acunas en tus brazos negros,
me susurras al oído  bonitos halagos
mientras me lanzas dardos envenenados
que me hacen buscar a ciegas tus manos.
Y tú me dices que algún día me quisiste,
que me dejé llevar por lo inexistente,
que inventé palabras para herirte...
¿por qué para volverme loca  mientes?
Y es que no sabes que te amo,
que con tu nombre enloquezco,
que por un beso tuyo muero,
que doy mi vida por un abrazo.
Y es que no entiendes lo que siento,
porque tienes un corazón de hierro
que mata el amor sin que entre dentro,
que no ve la hermosura del invierno.





viernes, 4 de febrero de 2011

Decepciones, sentimientos y otros dolores.

Parece mentira que este blog haya sobrevivido al paso del tiempo y al cambio de vida que me he visto obligada a llevar últimamente. Cuando empecé a escribir este blog, lo llamé "Páramos de Soledad" porque así me sentía diariamente: sola; sí, tenía amigas, familia y un novio adorable, pero me sentía terriblemente sola porque notaba que esos amigos no me ofrecían todo lo que debían.
He pasado toda mi vida preocupándome de otros y sufriendo yo para evitar que ellos sufriesen...Sí, así de estúpida he sido. Ahora, hace unos meses, descubrí que todos mis esfuerzos fueron en vano, que todo lo que haga no puede luchar contra las malas intenciones de aquellos a quienes trataba de proteger y me he visto obligada a enfrentarme a una cruel realidad que, hasta el momento, había conseguido mantener aislada en un recóndito lugar de mi mente: las personas son como son y no cambian nunca, pueden, eso sí, ocultar su verdadero ser.
Contando con esto, y entendiendo que yo también puedo hacerlo, he decidido que lo mejor para una persona es ocultar su corazón, guarecerlo tras una enorme empalizada y no dejar que nadie traspase las defensas y llegue hasta él, porque, una vez que lo alcancen, las heridas invisibles duelen más que cualquier herida visible y mi destrozado corazón ya no admitiría más dolor ni decepción. Mi corazón, hecho mil pedazos en varias ocasiones, ya no admite más reparaciones y, aunque las admitiera, no quiero pasar por la rehabilitación de nuevo, porque rehabilitar el corazón es difícil y doloroso, te obliga a recordar, te obliga a entender, te obliga a buscar una respuesta que, en ocasiones, no existe...
Un corazón herido se dirige inexorablemente hacia la muerte emocional y social, yo he decidido morir socialmente, pero sobrevivir emocionalmente...Y si alguien lo duda, que me mire, aquí sola, escribiendo mientras bebo un té, el telefono apagado y el corazón sobre la mesa, sangrando.