miércoles, 18 de noviembre de 2009

La no vida de un mileurista


Veintinueve años, licenciada en Derecho, masteres, cursos, idiomas... Si empiezo así, casi todos los que estáis leyendo este artículo me empezaréis a imaginar como una abogada que trabaja en un buen bufete, con un sueldo decente, una pareja, un piso propio... Pues no, amigos, a día de hoy trabajo como administrativo en una empresa de gran relevancia durante 8 horas diarias y, atención amigos, no llego a los 1000€ de sueldo. ¿Os suena de algo? Sí, sí... ¡Soy una mileurista!
Primero voy a explicar brevemente qué es un mileurista, por si alguien no ha llegado aún a este status. Un mileurista es, según las palabras de Carolina Alguacil, un joven licenciado y con idiomas que no gana más de 1000 € y que se tiene que contentar con una eterna vida de estudiante. Los sociólogos colocan la acreditación de mileurista a todos los jóvenes nacidos entre 1965 y 1980, en pleno Baby Boom, que, debido a las facilidades educativas, acudieron en masa a las universidades de todo el mundo en busca de un futuro dorado.
Por supuesto ni yo ni ninguno de mis compañeros mileuristas esperaban este futuro mientras cursaban sus 5 o 6 años de carrera; de hecho esperábamos lo que nuestros padres y nuestra sociedad decían: la universidad te ayuda a llegar. Y ese fue el problema, que todos quisimos llegar demasiado lejos y nos estrellamos juntitos al llegar a un mundo laboral colapsado por las esperanzas.
Hoy en día, cuando veo a los estudiantes yendo hacia sus universidades, todos ellos con una sonrisa y un rostro cargados de esperanzas, siento mucha pena por ellos... y por mi, claro está. No se dan cuenta de que, cuando terminen esa carrera en la que han volcado toda su juventud y todas sus energías, aún deberán vérselas con el mundo laboral y buscar un trabajo digno y adecuado a sus expectativas... y quizás no lo encuentren nunca, porque somos muchos jóvenes con estudios y muy pocos puestos de trabajo o, lo que es mejor, muy pocas empresas dispuestas a pagar por nuestro nivel de estudios. Aceptémoslo, amigos, a un jefe le viene mucho mejor contratar a un joven sin estudios y pagarle una mierda de sueldo, que contratar a un joven con estudios y acreditaciones al que tendría que pagar el doble.
De todas formas, ser un mileurista no está tan mal... o al menos eso dicen los políticos, porque yo, la verdad, sigo intentando ver el lado bueno... Un mileurista tiene las siguientes ventajas:
- Nunca estamos solos... porque no podemos permitirnos un piso, así que o compartimos piso con otros mileuristas o nos quedamos en casa de papá y mamá.
- No hacemos gastos inútiles... porque sino no llegamos a fin de semana.
- No perjudicamos al medio ambiente... porque racionamos el agua, el gas...
- No pillamos caravana... porque o no tenemos coche o el coche es demasiado viejo para ir con él al trabajo.
- Vivimos al día... porque no nos queda otro remedio!!
- Mantenemos charlas económicas realmente iluminadoras... ¿ si cambiamos la lavadora nos da para comprar aceite?
- Y ahora vamos a tener una vivienda a nuestra medida: ¡los zulos!...¡ qué grandes pensadores estos políticos!

Espero que todos hayáis entendido bien cómo es la vida de un mileurista y por qué hemos terminado este círculo vicioso que nadie ha podido parar aún. Buena suerte a todos los que tengáis el mismo problema.

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